Era el tipo de persona que encara la vida, que se aferra con uñas y dientes a lo que quiere, a los que quiere.
Que no se humilla, que se lanza.
Que calla cuando hay que callar y miente cuando hay que mentir.
Era así, como un huracán.
Se bebía las ganas de comerse el mundo con un baso de agua y a veces,
de vez en cuando, se le trababa el corazón.
No creía en farsas, como aquella del amor,
eso si, solo si se lo demostravan.
No creía en príncipes de ningún color,
eso si, en amigas de todas las tallas.
Aciendo como si el dia de hoy fuera el ultimo dia de su vida,
la vida no le parecía nada más que un fantástico sueño impresionante,
viviéndola a lo loco y sin contar con la opinión de los demás.
Era ese tipo de personas a los que tanto admiro.
Ese tipo de persona que vive deprisa y muere despacio;
y ese brusco cambio lo ocultaba con una
simple sonrisa y un “no me pasa nada”.
Sin ella no se que aria, es como mi media naranja,
y me preocuparía que alguien se hiciera un zumo con ella.
Porque con ella disfruto viviendo cada segundo,
sin preocuparme el mañana y sin recordar el ayer.
Ella es la que me hace cantar y bailar en medio de la calle,
sin preocuparme los pensamientos de los demás;
porque muchos de nosotros vivimos dependiendo
de los pensamientos de la gente,
pero ella no, simplemente vive como lo desea y
si te gusta bien, y si no te jodes.
Me gusta hacerla reir, hacerle enfadar,
hacerle pensar una pregunta sin respuesta;
Me gusta mirarle a los ojos hasta que soltemos las dos una gran sonrisa,
Me gusta cuando me abraza porque me hace sentirme firme,
y que no me voi moviendo como el resto del planeta;
me gusta cuando se distrae con qualquier tontería,
y mas si es recordando viejos momentos que emos pasado juntas..
Simplemente me encanta su compañía,
y por nada de el mundo la cambiaria por nada.