martes, 22 de marzo de 2011

Las nuves llorando piedras.

Sentí como la lluvia me empapaba y no pude dejar de sonreir.
El agua recorrió mi anatomía, 
envolviendo mis poros en dulces caricias heladas.
Las nubes lloraron piedras, el viento gimió palabras mudas.
Sentí que podía volar y las horas se me volvieron minutos.
Sentí la tierra bajo mis pies y el oxígeno se 
coló como quien no quiere las cosa en mis pulmones.
Me pesaban los huesos, si, pero no me importó.
Y es que mi piel de golpe ya no era como una carcel. 
Lentamente, mi corazón comenzó a latir.
Las neuronas defectuosas enviaron sus impulsos electricos.
Sentí mi cuerpo como nunca antes lo había sentido. Y me gustó.
De golpe me gustaron las mañanas, los domingos, 
el café, las noches oscuras.
Me gustó estar viva, no se.
Me gustó poder volver a empezar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario