jueves, 24 de marzo de 2011

Solo hace falta saber una palabra: Cáncer

Max sueña con ser aviador, con poder rozar las nubes 
con la punta de sus dedos desde el avión. 
Quiere que alguien le enseñe a tocar el acordeón, 
y a alcanzar con la lengua la punta de su nariz. 
Max sabe escribir su nombre y contar hasta diez, 
porque cuando era más pequeño un señor con abrigo 
y sombrero fue a su habitación del hospital a enseñárselo. 
Max sabe que el cielo es azul, que los algodones de azúcar 
son rosas y que el césped del parque es verde
porque lo ha visto en las películas. 
Ha oído las risas de los niños, lamúsica de los tiovivos y el pitido del tren, 
porque todos los díasGreta le trae de regalo un sonido, 
que captura en su grabadora. 
Max ha olido las rosas, porque cuando cumplió siete años 
su madre le trajo una, para que conociese un poco más 
del mundo que existe fuera de las sábanas de su cama del hospital.
Todos los días, después de que la enfermera le traiga el desayuno,
mira por su ventana y sueña. 
Con pisar la luna, con besar a una chica, con ser tan viejo 
que la barba blanca le cuelgue hasta los tobillos. 
Max tiene once años y ni un solo pelo en su cabeza, 
pero cuando se pone la peluca rubia apenas se nota. 
Con la morena sí, por eso apenas la saca del armario. 
Sueña con vivir hasta los mil años, pero ha oído decir a los 
médicos que probablemente no alcanzará losdieciséis
Sabe que es distinto a los demás, porque los niños que ve en la 
televisión tienen pelo y salen a la calle, y juegan con pelotas, y se ríen. 
Lo que no sabe es que forma parte de los ciento sesenta mil 
niños que viven hoy en día en los hospitales, 
sin saber que la clave de su encierro se encuentra en una sola palabra: cáncer.

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